Reproducimos a continuación este artículo publicado en elsaltodiario.com

Horas después de que Ayuso revalidara su presidencia de la Comunidad de Madrid saltaba la noticia: el precio del comedor escolar en el curso 2023/2024 sube un 12,7%, pasando de 4,88 a 5,50 euros diarios. 110 euros al mes y 1.000 euros al año por hijo o hija, en un inicio de curso marcado por la inflación que repercutirá directamente en el bolsillo de las familias.

Misma senda sigue la Generalitat de Catalunya, que ha decidido subir el precio de 6,54 a 6,91 euros diarios, un 5,65%, tal y como reflejó el Diario Oficial de la Generalitat el 9 de marzo. En Catalunya el precio de este servicio estuvo congelado durante 13 años y comenzó a escalar a partir del curso 2020/ 2021. Tercer año consecutivo de subida se encadena en Andalucía, donde el gobierno de Juanma Moreno ha decidido subir un 4,16% la cuota, pasando de 4,78 a 4,98 euros, tal y como se reflejó en el BOJA del 2 de agosto. También Murcia, con una subida de 36 céntimos por menú, o Castilla-La Mancha, que pasa de 3,7 a 4,07 euros diarios, han decidido incrementar el precio del menú diario.

Según una revisión realizada por El Salto, cinco comunidades autónomas han comunicado su decisión de incrementar los precios que asumen las familias, un error según valoran entidades en defensa de la infancia. Mientras, un millón de niños y niñas que se encuentran en riesgo de pobreza no tienen acceso a becas, tal y como denuncia Educo. Esta organización avisa: mientras un 27,8% de los niños y niñas de España se encuentran en riesgo de pobreza solo un 11% reciben becas y ayudas al comedor.

“Tenemos la sensación de que no avanzamos”, declara Pilar Orenes, directora general de Educo. “En un contexto donde la cesta de la compra está por las nubes, no podemos permitir que se suban los precios de este servicio y tampoco podemos permitir que no haya ayudas suficientes para aquellos que no puedan pagarlo”, advierte Orenes. La entidad que preside presenta este martes Recetas que educan, un nuevo informe en el que se subrayan las cifras anteriormente mencionadas y se analiza el método que utiliza cada comunidad para otorgar las ayudas al comedor.

Diferencias entre comunidades

Cada comunidad utiliza un método diferente para adjudicar estas becas y para decidir las cuantías. Situación que Educo ha analizado en seis tipos de familias diferentes en las diferentes autonomías, dibujando un escenario desigual que se traduce, por ejemplo, en que en Andalucía, Galicia o País Vasco las familias monoparentales con un menor de edad a cargo que se encuentran en el umbral de la pobreza reciben el 100 % de la beca comedor mientras que en otras como Cantabria o Cataluña solo reciben una parte.

Además, no en todas se otorgan becas como tales, entendiendo beca como la subvención completa del servicio. En Baleares, Cantabria, Comunidad de Madrid, La Rioja y Navarra no se contempla nunca dar el 100% del coste. “Entendemos la gratuidad parcial para las familias que están saliendo de la pobreza pero para las que están en el umbral deberíamos asegurar el 100% de gratuidad”, expresa Orenes.

En cuanto a los métodos para adjudicar las becas, las comunidades utilizan dos: por derecho subjetivo, esto es cumpliendo unos criterios, o por concurrencia competitiva. Este último sistema, denuncia la directora general de Educo, implica que aunque cumplas los criterios no tienes la beca asegurada, pues se otorgan becas según la situación de la infancia y hasta el límite presupuestario fijado. "Esto no puede ser así. Toda aquella familia que se encuentre en el umbral de la pobreza debe poder acceder a estas becas, sino lo que tienes es una competencia por ver quién es el más pobre", denuncia Orenes.

A esto se añade la complejidad en la tramitación de estas ayudas. “Estos trámites deben de ser entendibles, transparentes y ágiles, conocemos familias que no reciben la beca por trabas administrativas”, se queja la directora de Educo.

Crece la pobreza

Al mismo tiempo, la inflación ya hace mella entre la población infantil. Según los datos que maneja Save The Children, en una extrapolación de la Encuesta de Condiciones de Vida 2022, en España hay 475.159 niños, niñas y adolescentes que no se pueden permitir comer un plato de pollo, carne o una proteína equivalente como mínimo cada dos días, lo que supone un 18,7% más que el año anterior. Esa cifra representa un 5,9% del total de menores de edad que viven en el país, un punto más que en 2021, indican desde esta ONG.

“Hay un 20% más de niños y niñas que no se pueden permitir proteína cada dos días y esto sería salvable a través de una comida al día adecuada en el colegio”, expresa a El Salto Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save The Children. Perazzo habla de las becas comedor como una herramienta “muy eficiente”, con una cobertura muy baja en España, en comparación con otros países europeos. Una cobertura, además, totalmente desigual: según datos de esta ONG, va desde el 2,12% en la Región de Murcia, el 8,2% de la Comunidad de Madrid o el 12,44 en Catalunya%, al 18,11% en Andalucía, el 19,72% en la Comunitat Valenciana o al 28,72% en Canarias.

“Las familias -cuenta Perazzo- asumen un coste de crianza elevado, unos 500 euros por hijo al mes. Si no se facilitan becas, acaban eligiendo darles de comer en casa y no siempre es lo más equilibrado”, insiste quien considera que no se puede hacer que sea la ciudadanía vulnerable las que asuma el precio de la inflación. “Como Estado hemos adquirido un compromiso con la UE de garantizar una comida saludable y gratuita al día para los niños en riesgo de pobreza. Y una de las medidas más eficaces es la dieta comedor”, zanja.