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Un 8 de marzo con una fuerza impresionante y desbordante. En decenas de ciudades desde Euskal Herria a Madrid, desde Catalunya a Andalucía, del País Valencià a Asturias, Galiza, Aragón y en el resto de territorios, más de 100.000 jóvenes hemos llenado calles y plazas, con nuestras banderas moradas, rojas y muchas pancartas, en las manifestaciones convocadas por el Sindicato de Estudiantes, Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria. El feminismo de clase y anticapitalista ha mostrado su músculo y el apoyo masivo que ha conquistado entre la juventud.

En Madrid más de 10.000 gargantas gritando sin parar desde la Puerta del Sol hasta el Ministerio de Justicia contra el genocidio en Gaza y en solidaridad con nuestras hermanas palestinas, miles en el centro de Barcelona y Tarragona, con un mensaje antifascista y afirmando de nuevo que ¡els carrers seran sempre nostres! En Bilbo una multitudinaria manifestación con más de 10.000 jóvenes denunciando al PNV y su política represiva, a la ultraderecha negacionista y el postureo feminista de las ministras transfobas del PSOE, miles más en Donosti, Gasteiz e Iruñea, miles en Oviedo y Gijón coreando ¡Sola, borracha, quiero llegar a casa!

En A Coruña y Ferrol, a pesar del viento y la lluvia, una rabia arrolladora. En València, Elx, Alacant y Castelló otra marea humana de decenas de miles aplaudiendo cada ¡aquí estamos las feministas! En Málaga, Sevilla, Huelva, Cádiz y Jaén, la juventud demostrando que no daremos ni un paso atrás contra la violencia machista. Lo mismo en Santander, Ávila, Zaragoza, Palencia y muchas otras ciudades y localidades.

En todas las marchas lo primero que hemos dejado claro es que dedicamos este 8 de marzo al pueblo palestino, a sus mujeres, hombres, niños y niñas, que están siendo exterminados y condenados al hambre. Hoy ha sido un grito de guerra contra el Estado sionista, contra la complicidad del imperialismo occidental y también del Gobierno español en esta masacre. ¡Gaza, aguanta, el mundo se levanta!

Unas manifestaciones que vuelven a demostrar que estamos hartas de que la cifra de asesinadas cada año sea mayor. Hartas de la violencia sexual y las manadas. Hartas de esta justicia franquista, patriarcal y clasista, que todos los días trata de golpearnos con sentencias aberrantes. Estamos furiosas porque mientras nosotras ponemos las muertas, Vox y el PP insisten en su discurso negacionista y machista contra las mujeres y el colectivo LGTBI, se ríen del feminismo, perpetúan la cultura de la violación y recortan todos nuestros derechos allí donde gobiernan. Estos reaccionarios machirulos se han vuelto a llevar una lección de dignidad desde las calles: no aceptamos sus humillaciones ni lo que su sistema tiene reservado para las mujeres. ¡El feminismo será antifascista o no será!

Pero también hemos alzado nuestra voz para enviar un mensaje al Gobierno central, al PSOE y sus aliados. Vuestro “feminismo” no nos representa. Quienes han recortado la Ley del Sólo Sí es Sí votando con la derecha su derogación, quienes han hecho todo lo posible porque la ley Trans no salga adelante y ahora colocan a reconocidas  tránsfobas al frente del Ministerio de Igualdad y el Instituto de las Mujeres, quienes se niegan a que exista la educación sexual inclusiva en los centros de estudio… Todas estas ministras y exquisitas representantes del feminismo de salón, que se fotografían con banqueras, con empresarias, con dirigentes que llaman al militarismo y la guerra, y que claman porque se rompa ese techo de cristal que les permita compartir el poder con sus semejantes varones y defender el capitalismo criminal, pueden decir que defienden los derechos de las mujeres, pero es pura hipocresía.

Hoy sí que hemos luchado por nuestros derechos, de la mejor forma que sabemos, de la manera más efectiva: llenando las calles. Porque sí. Somos feministas revolucionarias, antifascistas y anticapitalistas. Porque este sistema es el problema y tenemos que organizarnos para acabar con él.

No vamos a parar hasta que todas seamos verdaderamente libres. Es el momento de la organización y la lucha. Como hemos dicho hoy: necesitamos construir una organización de combate y acción en cada centro de estudio, en cada barrio y ciudad. Por eso os animamos a que la rabia que sentimos cada 8M se convierta en organización consciente, y que construyáis con nosotras Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria.

Esta tarde volvemos. ¡Que la voz de las mujeres trabajadoras y jóvenes resuene con fuerza! No nos van a parar. ¡Arriba las que luchamos! ¡Arriba el feminismo de clase y combativo!