Los barrios obreros de Sevilla están en pie de guerra. Abandonados durante décadas por la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla, la situación ha alcanzado un punto límite este verano. Bajo un calor abrasador, ENDESA sigue cortando diariamente el suministro de luz abocando a miles de vecinos a unas condiciones insoportables.

Además de padecer un desempleo crónico, de carecer de una sanidad y educación públicas dignas, de equipamientos sociales, deportivos y culturales, de vivir en casas que son cajas de cerillas, ahora soportamos la dictadura de las eléctricas y nos cocemos vivos en nuestras viviendas sin poder tener siquiera acceso a la red eléctrica con lo que eso supone.

Actualmente se calcula que más de veinte mil vecinos y vecinas de los barrios obreros de Sevilla sufren estos cortes de luz, y pertenecen en su mayoría al distrito Cerro Amate: Su Eminencia, Padre Pío, Palmete, Candelarias, Santa Teresa, etc. Pero también se dan y de una forma muy dura en Torreblanca, Polígono Sur, las 3000 viviendas e incluso se han extendido recientemente a barrios que no estaban afectados como San Jerónimo, Bellavista y Ciudad Jardín. Esto contrasta con la situación de las zonas burguesas de la ciudad, como Los Remedios o el centro turístico donde nunca se ha sufrido un solo corte.

Las vecinas y vecinos estamos protagonizando una lucha ejemplar

La situación es dramática: familias obreras que no pueden hacer de comer o calentar un biberón, comida que hay que tirar porque se rompen las cadenas de frío, personas que dependen de respiradores y tienen limitaciones para cargarlos. El mero hecho de trabajar durante horas y llegar a casa un día tras otro y no tener luz ya supone una gran mella psicológica. Lo más difícil de sobrellevar son los más de 40ºC que se alcanzan en las olas de calor sin poder encender un mísero ventilador o el aire acondicionado (en estos barrios esto ya es un lujo inaccesible). Varios de nuestros vecinos han muerto y muchos otros han sido hospitalizados por golpes de calor. Muchas de las casas de estas barriadas son antiguas, construidas con materiales de mala calidad y no están adaptadas, y en estas circunstancias se vuelven auténticos hornos donde se pueden superar los 50ºC con facilidad.

Aunque las movilizaciones vecinales han visibilizado esta problemática, la situación ni de lejos es nueva. Se remonta a hace más de siete años cuando comenzaron los cortes de luz, que se han vuelto a suceder cada verano y cada invierno, cada año de una forma más acuciante. La última nochevieja se tuvo que sufrir a oscuras, sin poder calentar la cena o cantar una mísera campanada.

Anteriormente se han producido luchas vecinales, pero han sido en estos dos últimos meses cuando se ha comenzado una acción aún más firme y decidida. Los vecinos hemos cortado las avenidas de nuestros barrios de forma diaria, carreteras principales como la SE30, irrumpido en el pleno municipal y marchado hasta la puerta de Endesa.

Tras todos estos pasos la única respuesta institucional ha sido mandar a la policía a reprimirnos, y en una de las marchas que convocamos propinaron una paliza contra uno de nuestros compañeros que fue detenido y acusado de “agresión a la autoridad”. Pero la violencia policial no nos va a amedrentar.

Los barrios obreros de Sevilla hemos decidido responder con contundencia y ocupar distintos centros cívicos por necesidad y por reivindicación. En La Plata llevamos más de una semana y en Torreblanca, que ha tomado ejemplo y se ha unido a la lucha, cuatro días. Y estamos dispuestos a continuar hasta que nos den una solución.

Endesa es responsable, pero el Ayuntamiento del PSOE y la Junta del PP son cómplices de esta situación

¿Pero a qué se debe esta situación? Para Endesa y los medios de comunicación del sistema la culpa es de los cultivos de marihuana y los enganches ilegales. ¡Una vergüenza, que intenta criminalizar a los barrios que se levantan y luchan por su dignidad!

Si le preguntas a un vecino la respuesta será bien distinta. Las instalaciones eléctricas pertenecen a la época de la dictadura franquista, tienen más de 40 y 50 años. El abandono total en inversiones y renovación de la red está detrás de todo esto, por algo cada verano sale ardiendo un transformador diferente.

Es un auténtico despropósito que una empresa privada, que se lucra de la miseria de las familias obreras subiendo las facturas, que presenta casi dos mil millones de euros en beneficios en el último año, no haya invertido un solo euro en nuestros barrios.

Pero aquí hay otras instituciones y están jugando un papel muy negativo. El Ayuntamiento, que es la más cercana y la que tiene una enorme responsabilidad por tanto, y está gobernado por el PSOE apoyado por los concejales de Podemos y de IU, se ha negado a reunirse con los vecinos hasta que hemos irrumpido en el pleno, y solo ha abierto (que no ha habilitado) espacios de refugio contra las altas temperaturas una vez que nosotros los hemos ocupado contra la voluntad e impedimentos del Gobierno municipal.

Es cierto que representantes de IU, Podemos y Adelante han hecho distintas declaraciones de apoyo, pero se trata más de gestos que de involucrarse seriamente en una lucha que debería ser una obligación para la izquierda que gobierna localmente. En las movilizaciones vecinales somos trabajadores que votaron al PSOE, a Podemos y a IU en las diferentes convocatorias electorales. Por supuesto también hubo mucha abstención en nuestros barrios, cosa que es lógica teniendo en cuenta el grado de abandono que sufrimos. Pero la cuestión es concreta ¿Por qué no obligan a ENDESA a acabar con esta situación límite si sus instalaciones están en suelo municipal, si pagan los impuestos al Ayuntamiento de Sevilla, y este tiene la obligación de velar por que sus vecinos y vecinas tengan condiciones de habitabilidad dignas?

Nuestra lucha interpela claramente a los concejales de la izquierda en Sevilla: dejar las palabras, dejar los gestos y la demagogia y apoyar a los vecinos de una vez por todas.

En cuanto a la Junta de Andalucía gobernada por el PP, aunque ha tardado en posicionarse nos ha declarado la guerra abiertamente. Vergonzosas son las declaraciones de Antonio Sanz, número dos de Moreno Bonilla, criminalizándonos a los vecinos y nuestra lucha. Se pone de parte de la empresa y de sus beneficios, asumiendo su discurso con total complicidad. Repite como una cacatúa que el problema son los enganches ilegales asociados al cultivo ilegal de marihuana y los “narcopisos”. Incluso el Gobierno central, pese a su incapacidad para resolver el problema, ha desmentido esto, afirmando que el problema reside en la antigüedad de las instalaciones. Los trabajadores poco tenemos que ver con la delincuencia, de hecho queremos a la mafia de la droga fuera de nuestros barrios ya, que dejen de usarla de excusa y que se deshagan de ella. Antonio Sanz debe dimitir inmediatamente por criminalizar al pueblo.

A estas instituciones, que aún no nos han dado respuesta, les exigimos que instalen generadores provisionales como los de las ferias y obliguen a ENDESA a que acometan rápidamente las obras de adecuación que son necesarias. Junta y Ayuntamiento tienen la responsabilidad de hacerlo.

Por la nacionalización de ENDESA y el resto de eléctricas, sin indemnización, y bajo el control de la clase obrera

Tenemos un Gobierno que se declara progresista y de izquierdas, y si de verdad lo fuera, lo que debería hacer con ENDESA y el resto de eléctricas es nacionalizarlas, revertir la privatización llevada a cabo por los Gobiernos de Felipe González y Aznar. Esta empresa ofrece un servicio esencial, y por ello debe ser pública, suministrar electricidad de forma asequible y ser controlada por los trabajadores y comités vecinales para que decidan las inversiones y mejoras necesarias.

En los barrios obreros de Sevilla se construyó un fuerte tejido político y asociativo que luchaba por mejorar las condiciones de vida. Aquí el asfaltado, agua, electricidad, escuelas y centros de salud se han obtenido mediante la lucha obrera consciente. Por desgracia, gran parte de este tejido fue comprado y corrompido institucionalmente, cuando no desmantelado directamente. Hoy, tomando el testigo de los que nos precedieron y lucharon por nuestros barrios, intentamos reconstruir y reorganizar el movimiento vecinal.

Hace cuatro años nacieron Barrios Hartos y diversas plataformas para enfrentar la degradación y abandono de las barriadas obreras. En cada distrito se han dado diferentes luchas en defensa de los servicios públicos y la demanda de equipamientos sociales, y ahora se han convertido en un referente para muchos barrios de Andalucía, con los que debemos unificar la movilización. No es solo Sevilla, en Granada, en Málaga y en toda Andalucía se vive una situación similar.

Hoy tenemos una gran lucha contra la multinacional ENDESA y los cortes de luz, llegando incluso a la ocupación de los centros cívicos. No los hemos ocupado únicamente para resistir el calor dado que en nuestras casas no hay electricidad. Ni nos encerramos a reivindicar de forma aislada. En estas ocupaciones nos coordinamos, establecemos turnos y retenes, preparamos pancartas y carteles, y realizamos asambleas diarias donde discutimos cómo continuar.

Tenemos la fuerza para ganar esta batalla. Con una orientación de clase clara y la unidad de nuestros barrios podremos vencer, acabar con los cortes de luz, conseguir los generadores y transformadores y conquistar la dignidad que merecemos.

El abandono de los barrios obreros es crónico y el ataque a nuestras condiciones de vida (inflación, recortes, desempleo, precariedad, bajos salarios…) están a la orden del día. Es fundamental reforzar el movimiento vecinal, fortalecer las distintas plataformas y construir nuevas en aquellos barrios donde no las hay. Vienen tiempos duros y de lucha, y nuestra clase debe organizarse y defenderse. Los militantes de Izquierda Revolucionaria estamos completamente decididos a pelear por ello.