Los trabajadores y trabajadoras del servicio de deportes de la UAM están en huelga indefinida desde el 12 de diciembre reivindicando subidas salariales y un mejor convenio. En medio de la subida  salvaje del coste de la vida por la inflación, las tablas salariales se sitúan por debajo del SMI. Por otro lado la empresa, EMTESPORT, tampoco paga los festivos, el plus de transporte sigue congelado y no es suficiente. A esto se le suma la falta de renovación del material de trabajo y la imposición arbitraria por parte de la empresa de los días de vacaciones, entre otras cosas.  

Las y los trabajadores  han elaborado una tabla reivindicativa para acabar con esta situación y reclamado que sea la propia universidad la que contrate directamente a las y los trabajadores que actualmente dan un servicio público pero con un intermediario – EMTESPORT – que se está forrando gracias a vulnerar los derechos de la plantilla. También han  formado una caja de resistencia para continuar la huelga que va ya por su jornada número 64. Su determinación y llamamiento al apoyo al resto de la comunidad universitaria les ha proporcionado  un apoyo creciente  entre  otros trabajadores y estudiantes de la UAM.

La UAM reprime y precariza a las y los trabajadores de Servicios Deportivos

Ante esta lamentable situación, la UAM trata de lavarse las manos escudándose en que la responsabilidad recae en la empresa. Sin embargo, los pliegos de condiciones impuestos a la hora de contratar el servicio y su cumplimiento son responsabilidad de la universidad. No sólo eso sino que ha apoyado las contramedidas de la empresa apostando por los servicios mínimos y la contratación de esquiroles. Es una auténtica vergüenza que una universidad pública actúe de esta manera defendiendo los intereses privados de una empresa en lugar de preocuparse por  la calidad de un servicio público que pagamos todas y todos, así como por las condiciones laborales de sus trabajadoras y trabajadores. 

El pasado 17 de febrero el Consejo de Gobierno de la UAM llamó a la policía para reprimir una manifestación pacífica de la plantilla  y estudiantes en apoyo a la huelga. El comunicado publicado por Ernesto Fernandez-Bofill, gerente de la universidad, trata de justificar esta actuación para que su “servicio de vigilancia consiguiera garantizar el acceso” a los miembros del Consejo de Gobierno. Estas acusaciones son completamente falsas y sólo buscan criminalizar a los trabajadores en huelga. La actitud mafiosa de la empresa en alianza con la gerencia de la universidad,  que contrata esquiroles y envía a los servicios de seguridad para acceder a las instalaciones y sacar material, que ha contratado otros espacios deportivos para celebrar las actividades – vulnerando en mayúsculas el derecho a huelga – o que sistemáticamente incumple el convenio…. Todo esto, en cambio,  sí que es cierto.  

Se trata de una situación más propia del franquismo que de una “democracia plena” que ya nos estamos acostumbrando a ver también en otras universidades públicas. En la Complutense vivimos un despliegue policial salvaje para amedrentar a los estudiantes que protestaban contra Ayuso. Pero más grave aún si cabe fueron los hechos acontecidos en la Facultad de Filología, donde un agente de seguridad  privado que custodiaba a la embajadora de Israel, apuntó con un arma de fuego a un estudiante. En la Universidad Pablo Olavide en Sevilla, la Vicerrectora de la universidad trató de boicotear la convocatoria de huelga del 8M. Con estas medidas buscan amordazar al movimiento obrero y estudiantil, pero no lo van a conseguir.

Por unos Servicios Deportivos de la UAM 100% públicos y unas condiciones dignas para su plantilla

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos hacer llegar toda nuestra solidaridad y apoyo a las y los trabajadores de los Servicios Deportivos de la UAM y a sus justas reivindicaciones. Exigimos que se suspenda el contrato con la empresa EMTESPORT y que la plantilla actual sea contratada directamente por la universidad, garantizando sus condiciones laborales.

Exigimos el fin de los negocios privados en la Universidad Pública, que sólo buscan el lucro privado y deterioran tanto los servicios prestados como la situación de sus trabajadoras y trabajadores.

¡La lucha sirve, la lucha sigue!