Coral Latorre: “Estamos ante un montaje político de la extrema derecha que solo derrotaremos con la lucha y la organización”

El 24 de marzo, siete estudiantes, en su mayoría militantes del Sindicato de Estudiantes y Contracorriente, fueron acusadas de desórdenes públicos, coacciones y delito de odio por la policía. ¿La razón de este atropello antidemocrático? Participar en una protesta estudiantil pacífica contra la presencia del ultraderechista Iván Espinosa de los Monteros en la Facultad de Políticas del Campus de Somosaguas (UCM).

Estos hechos, que han dado lugar a una campaña de solidaridad muy potente que ya se conoce como las 7 de Somosaguas, son un nuevo ejemplo de una ofensiva muy planificada y calculada. Desde la brutal condena que sufrieron los jóvenes de Altsasu, las detenciones y juicios a trabajadores de Cádiz a raíz de la huelga del metal, los sindicalistas de Acerinox y las 6 de La Suiza, los cuatro años que lleva en prisión Pablo Hasél, la represión contra activistas de Futuro Vegetal, las causas contra los jóvenes de Rebeldía y los 6 jóvenes antifascistas de Zaragoza que permanecen desde hace un año encarcelados por participar en una manifestación contra Vox, los casos se suceden sin tregua.

La estrategia de criminalización para frenar a la izquierda política y sindical combativa es cristalina. Apoyándose en las infiltraciones policiales, en una legislación altamente represiva y una judicatura franquista encantada de dictar las sentencias más duras, estos montajes políticos son ejecutados ante la complicidad del Gobierno del PSOE, y de sus aliados parlamentarios y gubernamentales al menos desde 2019, dando alas al discurso y la acción de la extrema derecha.

Para hablar de ello entrevistamos a Coral Latorre, una de las 7 de Somosaguas, y que es además la secretaria general del Sindicato de Estudiantes y dirigente de Izquierda Revolucionaria.

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Coral y otras seis estudiantes, en su mayoría militantes del Sindicato de Estudiantes y Contracorriente, son acusadas de desórdenes públicos, coacciones y delito de odio por la policía por participar en una protesta pacífica en Somosaguas contra la ultraderecha. 

El Militante.- Lo primero, queremos trasladaros a ti y a las compañeras que estáis bajo este escandaloso ataque nuestra solidaridad. Cuéntanos ¿qué ocurrió en el campus de Somosaguas?

Coral Latorre.- El 13 de febrero se organizó una protesta estudiantil y antifascista, completamente pacífica, en la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM. Se había anunciado que la asociación ultraderechista Libertad sin Ira (LSI), los cachorros del PP y de Vox, iban a celebrar un acto al que estaba invitado Iván Espinosa de los Monteros. Como podéis imaginar, la indignación estalló entre centenares de estudiantes y entre muchos profesores y profesoras.

El acto estaba previsto para las 17h. Una hora antes, la vicedecana de estudiantes comunicó a los responsables de LSI que se había suspendido. Aun así, Espinosa de los Monteros se personó junto a matones de Desokupa y decenas de militantes del PP y Vox para provocar y reventar la protesta estudiantil pacífica. Durante la concentración cantamos consignas antifascistas y por la educación pública. Pero parece ser que defender que la universidad pública sea un espacio libre de mensajes de odio es un delito para la Brigada Central de Información.

Quiero subrayar que en la concentración no se practicaron detenciones ni identificaciones por parte de los antidisturbios que se desplegaron para proteger a este individuo. Y es evidente que como la provocación fracasó se ha recurrido a otros métodos.

EM.- Cómo se desarrolló vuestra declaración ante la policía y la jueza, y qué consecuencias se derivan de este proceso.

CL.- Cuando el 21 de marzo siete compañeras recibimos una llamada de la Policía Nacional comunicándonos que teníamos que ir a la Comisaría Central de Moratalaz, y cuando lo hacemos nos detienen, nos fichan tomándonos las huellas y nos informan de las acusaciones, había pocas dudas de lo que se trataba. Y esto se confirmó por la velocidad que ha tomado el proceso, pues el 14 de abril fuimos citadas a declarar ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón.

Por lo que nos han trasmitido nuestros abogados, la Brigada Central de Información de la policía se puso a trabajar de inmediato para elaborar un expediente de cerca de 100 páginas. Escarbando a fondo en material escrito y vídeos suministrados por medios ultras como El Debate, compusieron una denuncia que viene como anillo al dedo a los intereses políticos de este individuo y su entorno ultraderechista.

Es la policía la que nos acusa de “desórdenes públicos”, “coacciones” y “delito de odio” a seis jóvenes estudiantes y un trabajador presentes en la concentración. Y es la jueza quien, tras tomar declaración a Espinosa de los Monteros sin la presencia de nuestros abogados, le invita a personarse como acusación particular, cosa que hace con bastante entusiasmo por lo que leemos en sus redes sociales.

El exdiputado de Vox no ha dejado de difundir su mensaje machista, animando a que se derogue la legislación contra la violencia de género, afirmando que “los homosexuales quieren imponer su ley”, por no hablar de su defensa de la dictadura franquista y de su odio contra la izquierda en general. Este reaccionario busca desesperadamente un espacio político desde que dejó Vox, y quiere ganar proyección pública con este tipo de acciones.

Pero a pesar de todo esto tan evidente, la provocación ultraderechista termina con nuestro procesamiento judicial. ¡Acusadas de delitos de odio, ni más ni menos que por la policía y por este exportavoz parlamentario de Vox!

Somos víctimas de un montaje político organizado por la extrema derecha que pretende convertir un derecho básico y democrático, la protesta pacífica, en un delito grave, y ya de paso, hacernos pasar por gente violenta. Es un montaje mayúsculo para criminalizar al conjunto del movimiento estudiantil que se atreva a alzar la voz.

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Quiero mostrar todo nuestro agradecimiento por la inmensa solidaridad que estamos recibiendo de trabajadores y trabajadoras, activistas sindicales, de movimientos sociales y organizaciones de la izquierda. 

EM- ¿Nos puedes desgranar la estrategia de la derecha y la extrema derecha dentro de la universidad?

CL.- La universidad pública es un espacio clave para Vox, el PP y muchas de sus organizaciones satélites. Quieren convertir las facultades en un altavoz para el discurso reaccionario, totalitario y violento del fascismo. Y no están reparando ni en esfuerzos ni en recursos.

En Somosaguas lo están intentando con LSI, una asociación estudiantil fundada en 2021 por el actual secretario general de Nuevas Generaciones del PP madrileño, Ignacio Dancausa, que forma parte del círculo de confianza de Isabel Díaz Ayuso, y que no se ha cortado ni un pelo en explicar públicamente que LSI existe para “confrontar a la izquierda y al progresismo”.

A los actos que organizan, en solitario o colaborando con otras organizaciones de extrema derecha, han sido invitados dirigentes de Vox como Mireia Borrás y Rocío Monasterio, y personajes como Jaime Mayor Oreja, exministro del Interior del PP, conocido por su chovinismo españolista y su rechazo histérico al derecho al aborto o los derechos trans y LGTBI desde posiciones fundamentalistas cristianas y creacionistas.

Uno de los dirigentes de LSI hasta hace muy poco era Diego Yáñez Segnalini, un fascista venezolano al que le gusta hacerse fotos con José María Aznar, y que fue uno de los oradores en la manifestación contra la Ley de Amnistía en Madrid, donde pronunció un agresivo discurso exaltando la unidad de España contra los “enemigos internos y externos”.

Pero ya sabéis, el odio lo promovemos nosotras. Es indignante.

EM.- Esta agresión se da en un contexto en el que la educación pública en Madrid está en pie de guerra contra las políticas privatizadoras de Ayuso…

CL.- Efectivamente, tras décadas de recortes, privatizaciones y contrarreformas impuestas por los distintos Gobiernos del PP, la situación ha llegado a un punto insostenible. Díaz Ayuso ha declarado la guerra a la educación pública, mientras la privada y la concertada se lo llevan todo. Pero la situación puede agravarse más con su nueva Ley de Universidades.

Esta ley plantea un recorte del 30% del presupuesto, porcentaje que deberá ser cubierto por la financiación de inversores privados. Y esto viene acompañado de una dura represión en los campus. Ayuso, que no olvida la fuerte movilización estudiantil con la que fue recibida al ser nombrada alumna ilustre, pretende ilegalizar de facto el derecho a protesta en las facultades.

Frente a esta ofensiva, la comunidad educativa ha dicho basta. Desde las docentes organizadas en Menos Lectivas hasta las diferentes plataformas de las Universidades por la Pública y el movimiento estudiantil nos hemos puesto en marcha. El 23 de febrero hubo una manifestación histórica contra sus planes privatizadores, el siguiente paso será la huelga general educativa del 28 de abril.

EM.- Habéis impulsado muy rápidamente una campaña de solidaridad con las 7 de Somosaguas que ha tenido mucho impacto. Qué acciones tenéis previstas y cómo valoráis la acogida que estáis teniendo.

CL.- Lo primero que quiero es mostrar todo nuestro agradecimiento por la inmensa solidaridad que estamos recibiendo. Desde que publicamos los primeros vídeos en redes sociales nos hemos encontrado con un respaldo tremendo de trabajadores y trabajadoras, activistas sindicales, de movimientos sociales y organizaciones de la izquierda. En este momento llevamos casi 6.000 firmas de apoyo a nuestro Manifiesto.

El Sindicato de Estudiantes va a poner todas nuestras fuerzas y recursos para que todas las compañeras encausadas sean absueltas. Nos defenderemos con los medios legales a nuestro alcance, pero sabemos que para ganar necesitamos toda la solidaridad posible de los jóvenes, la clase trabajadora y de todas las organizaciones y colectivos, que, como nosotras, creen que ser antifascista no es delito.

El Manifiesto está disponible en las webs de la campaña y en la del SE, y el objetivo es que la firmen decenas de miles de personas. Vamos a organizar ruedas de prensa y actos públicos en Madrid y otras ciudades. Como Sindicato de Estudiantes pondremos mesas informativas en universidades e institutos, impulsaremos unitariamente concentraciones y manifestaciones, y llenaremos todas las movilizaciones sociales de decenas de miles de panfletos en apoyo a las 7 de Somosaguas.

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El Sindicato de Estudiantes va a poner todas nuestras fuerzas y recursos para que todas las compañeras encausadas sean absueltas. El Manifiesto está disponible en las webs de la campaña y en la del SE, y el objetivo es que la firmen decenas de miles de personas. 

Sabemos que los vínculos del aparato del Estado, la policía y la judicatura con la extrema derecha son cada vez más estrechos, y el autoritarismo, el militarismo y el retroceso en las libertades y derechos democráticos es el fruto de la descomposición del capitalismo que alienta esta demagogia ultra, y también, hay que decirlo con claridad, de las políticas fracasadas de la socialdemocracia.

En cuarenta años de historia, el Sindicato de Estudiantes ha sufrido muchos, muchos ataques. Somos la organización estudiantil que más movilizaciones y huelgas hemos convocado en defensa de la educación pública, participado en centenares de luchas obreras y huelgas generales, que impulsamos el movimiento feminista y LGTBI combativo, que somos antifascistas militantes y libramos una batalla permanente contra las guerras imperialistas y el genocidio sionista.

Evidentemente nos hemos ganado el odio de la extrema derecha y posiblemente seamos quienes más juicios tenemos abiertos por agresiones fascistas, en Málaga, Asturias, Castilla y León… Pero nunca se habían atrevido a someternos a un proceso político como este, en el que además estoy encausada como secretaria general del Sindicato de Estudiantes. Si lo pensamos bien, pretenden dar un duro escarmiento a la organización que es una referencia de lucha para centenares de miles de jóvenes estudiantes.

EM.- Todo esto ocurre bajo el Gobierno PSOE-Sumar. ¿Qué opinión te merece?

CL.- Si realmente existiera voluntad política de frenar los pies a estos reaccionarios, no nos encontraríamos en este escenario. Pero el PSOE y Sumar no solo se niegan a depurar el aparato policial y judicial de fascistas, es que se niegan a romper con la legislación represiva y a derogar la Ley Mordaza, imprescindibles para golpearnos, multarnos y encarcelarnos. ¿El indulto a los 6 de Zaragoza? Llevamos un año esperando. Compran el discurso antiinmigración de ultraderecha, siguen vendiendo armas al Estado genocida de Israel, en nombre de la “paz” aprueban unos presupuestos militaristas estratosféricos y tantas cosas más… Que pretendan hacernos creer que son un Gobierno progresista y “antifascista”, cuando en este país hay cada vez más presos políticos, parece una broma de mal gusto…

Personalmente no es agradable tener que vivir montajes políticos tan escandalosos como este. La lucha contra la extrema derecha y el capitalismo tiene el coste de exponernos a una represión creciente. Pero estar organizada y pelear por una alternativa socialista, anticapitalista e internacionalista es la mejor defensa. Por eso estoy en el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria, y animo a todas y todos a dar el paso de organizarse con nosotras y convertir la rabia antifascista en lucha militante.