El martes 18 de octubre cerca de medio millón de jóvenes y trabajadores se manifestaron en las principales ciudades francesas, en una demostración de fuerza que tuvo que confrontar además a una dura represión policial. Las protestas formaban parte de la jornada de huelga intersectorial convocada por la CGT y otros sindicatos minoritarios contra la inflación, el ataque a las pensiones y la defensa del derecho de huelga.

En la movilización participaron decenas de miles de trabajadores ferroviarios, de las centrales nucleares y el sector energético, enfermeras, profesores y otros empleados públicos. Fue secundada ampliamente en empresas privadas importantes como Magneti Marelli o CAF. Las principales organizaciones estudiantiles convocaron también huelga en la enseñanza secundaria y formación profesional con un seguimiento masivo a pesar de la actuación provocadora de los antidisturbios.

El Gobierno del reaccionario Macron cuenta ahora con un margen más estrecho para maniobrar. Después de afirmar que la "era de la abundancia toca a su fin", este representante consumado de la oligarquía financiera se ha dado de bruces con la realidad. Los trabajadores franceses se han levantado contra los efectos devastadores de la inflación en sus condiciones de vida y es evidente que lo ocurrido estas semanas es tan solo el aperitivo.

No cabe duda de que la acción del 18 ha sido impulsada por otra gran batalla de la clase obrera francesa: la huelga que miles de operarios mantienen en cuatro de las siete refinerías que tiene el país. Comenzó el 27 de septiembre después de romperse las negociaciones con la patronal y está teniendo unos efectos económicos muy importantes: ha reducido más de un 60% la producción de combustible, provocado el cierre temporal de más de un tercio de las gasolineras y un coste para la industria petroquímica que se calcula en 8 millones de euros diarios. La dureza de la movilización se ha extendido y contagiado a las plantillas de dos centrales nucleares que se acaban de poner en huelga, a la que según la CGT se sumarán otras en los próximos días.

Desde el Sindicato de Estudiantes enviamos todo nuestro apoyo y solidaridad a la juventud y la clase trabajadora en Francia. Vuestra lucha es una inspiración. ¡Adelante!