El pasado lunes 20 de mayo, el estudiantado de la Facultad de Educación de Palencia, cansado de ser ignorado por la Universidad de Valladolid (Uva) decidimos alzar nuestra voz.

El curso académico 2023-2024 ha empezado con muchas problemáticas. La más grave e intolerable de todas ellas, son los constantes episodios de homofobia, transfobia y racismo que sufrimos las, los y les estudiantes tanto por parte de profesores como del propio equipo de la Universidad. Docentes que hacen chistes sobre nuestra orientación sexual para provocar una carcajada entre nuestros compañeros, utilizar el deadname de personas tras aún conocer sus nombres y luego hacer burla diciendo que “somos muy sensibles”. O, incluso, en las elecciones a delegado, el profesor que estaba contando los votos dijo “otra vez al maricón este”.

Todos estos ejemplos, y muchos más, han sido comunicados a lo largo del curso al decanato, aportando pruebas, las cuales fueron rechazadas y, por supuesto, no se tomó ninguna medida para proteger a los estudiantes afectados. ¡Incluso un miembro de la dirección de la Universidad admitió que no se comunicó las denuncias que hicimos a los otros miembros del equipo!

Pero no sólo llevamos nuestras críticas al Decanato, sino que también contactamos con la Defensoría de la Comunidad Universitaria, un organismo que –en principio– tiene que velar por los derechos estudiantiles y poner en marcha protocolos para hacer de nuestra Universidad un espacio seguro. Sobra decir que también se nos ignoró.

A todos estos ejemplos se suma también la imposibilidad de poder compaginar estudios y trabajos por la falta de una planificación académica adecuada. Según el artículo 14 del Reglamento de Ordenación Académica (ROA) de la UVa, las actividades presenciales deben distribuirse uniformemente durante la semana, garantizando así una verdadera conciliación entre la vida académica y la laboral. Sin embargo, la realidad es otra: los horarios se publican tarde, dificultando la organización de quienes trabajan.

Además, el abandono y el sentimiento de marginación en nuestro campus es palpable. ¡No por estudiar en Palencia formamos menos parte de la UVa! Las actividades culturales y académicas se centran en Valladolid, relegando a Palencia a un segundo plano. La educación más personalizada –una de las ventajas de estudiar en una ciudad pequeña– está en peligro por la amenaza de clases masificadas el próximo curso.

Es por eso que la Delegación de Estudiantes de la Facultad de Educación de Palencia, el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas decidimos organizar una concentración frente al aulario de nuestra facultad el pasado lunes 20 de mayo. Cien estudiantes estuvimos repartiendo hojas informativas, cantando consignas y demostrando que estamos hartas de tanta LGTBIfobia, humillaciones y que se vulneren nuestros derechos como estudiantes.

Lo advertimos: esta acción ha sido el primer paso en una lucha por conseguir una Universidad pública digna, democrática, sin machismo ni LGTBifobia, sin comentarios racistas y de extrema derecha. Las estudiantes salimos con más fuerza que nunca para seguir organizándonos, exigiendo respecto y un entorno libre de discriminación, tanto por parte del profesorado como del estudiantado.

Es hora de que la UVa escuche y actúe. Las y los estudiantes de Palencia no pararemos hasta que se respeten nuestros derechos y se garantice una educación digna y equitativa. ¡La lucha continúa!