Hoy hemos vivido una jornada histórica. Más de 10.000 trabajadores y trabajadoras, jóvenes, y familias enteras hemos abarrotado el centro de la ciudad en la manifestación convocada por CTM y CGT. Un golpe demoledor de los obreros del metal en huelga, y que manda un mensaje muy claro: no nos vamos a arrodillar y jamás aceptaremos un convenio indigno.

Media hora ante de iniciarse la marcha en la Rotonda de San Severiano, ya éramos cientos concentrados y se podía mascar el ambiente de combatividad, determinación y crítica a la burocracia sindical. Los compañeros de Izquierda Revolucionaria y del Sindicato de Estudiantes, que hemos impulsado esta movilización con todas nuestras fuerzas participando codo con codo con nuestra clase en los piquetes de estos días, desplegamos nuestras pancartas y banderas entre aplausos y una enorme simpatía. Pero lo que ha venido después ha sido realmente eléctrico.

Como muchos compañeros señalaban: no se había vivido una movilización de esta envergadura desde la gran huelga general contra el cierre de Delphi. Es cierto. Pero a diferencia de aquella movilización de la que nos separa más de una década, en esta ocasión la huelga del metal y la marcha multitudinaria de hoy representan un gran paso adelante.

Este miércoles 25 de junio, miles de gargantas han gritado contra esa patronal reaccionaria y voraz, pero también contra esa burocracia sindical que supone un obstáculo formidable para que la lucha obrera avance y consiga triunfos. Una burocracia que se siente muy cómoda en los despachos y en la moqueta, pero a la que le repelen los piquetes y las movilizaciones. Personajes que hace muchos años que no pisan un tajo, y que se han acostumbrado a codearse con la patronal y a vivir en un mundo completamente ajeno al nuestro.

 

Como el señor Montoro, responsable de UGT y firmante de ese acuerdo de la vergüenza, y que hoy ha sido recordado con un grito atronador: ¡Montoro dimisión! Sí, porque estamos hartos de que esta casta privilegiada firme retroceso tras retroceso a nuestras espaldas y sin pedir nuestra opinión, blindando una paz social que permite a los empresarios amasar beneficios escandalosos a costa de nuestro empobrecimiento y de extender la precariedad entre nuestra clase.

Hoy hemos visto este enorme salto en la conciencia de clase, no en discusiones abstractas de cafetín universitario, sino en la arena de la lucha contra la patronal y sus representantes en el movimiento obrero. La vida enseña, como le gustaba decir a un gran revolucionario ruso.

La gran escuela que supuso la huelga de 2021 está rindiendo frutos, a pesar de su amargo final por la traición de la burocracia. La presión que hoy sienten las direcciones de CCOO y UGT en Cádiz es enorme, y el margen que tienen para perpetrar un nuevo atraco contra los trabajadores se ha estrechado.

 

Y esto también lo sabemos miles de trabajadores del metal que llevamos ya nuestro sexto día de huelga a las espaldas, que hemos tumbado el acuerdo de la vergüenza en las asambleas, y que estamos impulsando las movilizaciones multitudinarias desde abajo, con un plan de lucha contundente que llevaremos hasta el final.

La manifestación de hoy también ha sido una expresión de democracia obrera, y ha estado salpicada de intervenciones. De Manuel Balber de la CTM, que como siempre ha conectado con el sentir que late en el corazón de miles de huelguistas, también de nuestro compañero Antonio Muñoz, dirigente de la CGT y militante de Izquierda Revolucionaria que ha vuelto a recalcar el hito que estamos logrando con esta lucha, lo mismo que las palabras de Marina Mata, del Sindicato de Estudiantes y de IR, que nos ha hecho vibrar  trasladando el apoyo de la juventud a una batalla que está inspirando a toda la clase obrera de Cádiz y del conjunto del Estado, y de otros compañeros como Rubén Gómez de la Confluencia Sindical, y del histórico luchador obrero asturiano, Cándido González, que también nos ha acompañado.

Esta tarde hay negociación en Sevilla entre CCOO, UGT y la patronal, con la intermediación de la Junta de Andalucía. Está claro que la movilización de hoy va a planear mucho sobre la mesa, y que tendrán difícil repetir la traición de hace unos días. Saben perfectamente que ya hay mucha rabia acumulada, y una alternativa sindical combativa que va a hacer todo lo posible por llevar la lucha hasta la victoria.

 

Mañana jueves la huelga continúa y los piquetes también, y a las 11 iremos hacia el Hospital del mar que está en lucha por sus derechos. Las acciones y asambleas se volverán a repetir en estos días, en unidad de acción CTM-CGT. Pero una cosa está clara: si no hay sobre la mesa un convenio digno que recoja las aspiraciones de esta rebelión obrera, volveremos con más fuerza, con más masividad a las calles, en una manifestación aún más multitudinaria que la de hoy.

¡Esta huelga la vamos a ganar, desde abajo, con la organización de la clase obrera, en los tajos, en los piquetes y en las movilizaciones!