El hijab no molesta, la islamofobia sí
Desde hace años los IES Nicolas Copérnico y Humanejos de Parla aplican códigos de vestimenta racista obliga a las estudiantes musulmanas a quitarse el hijab si quieren entrar en clase. Esta prohibición se enmarca en unas normativas completamente reaccionarias que también prohíben los tops y las minifaldas, quitándonos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
El último instituto que anunció su intención de sumarse a esta imposición reaccionaria fue el Narcis Monturiol de Parla. Esto precipitó que el pasado 26 de febrero centenares de estudiantes de los diferentes institutos afectados fuéramos a la huelga y saliéramos en manifestación contra este atropello.
A pesar de que ese día el sentir de las compañeras quedó claro, el consejo escolar del IES Narcís Monturiol lo ha desoído por completo. Finalmente se ha aprobado el cambio en el reglamento en el centro, que será efectivo a partir del próximo curso.
En dicho reglamento se puede leer:
Será de obligado cumplimiento el siguiente código de vestimenta:
Para asistir al centro, todo el alumnado matriculado en el mismo deberá observa y respetar el decoro indispensable en el vestir, siendo perceptiva una indumentaria adecuada a las reglas mínimas de urbanidad.
Asimismo, el alumnado deberá abstenerse de usar prendas que cubran de manera parcial o total la cabeza, y será obligatorio el cumplimiento estricto de esta norma. Quedará eximido de esta última disposición aquel alumnado que deba cubrir su cabeza por motivos de salud certificados de manera regular.
La norma habla por sí sola. Imponer una ‘indumentaria adecuada a las reglas mínimas de urbanidad’ nos recuerda aquellos espacios regidos por la moral católica. Una moral que estigmatiza el cuerpo de la mujer, y se cree con el derecho de medir el largo de la ropa que vestimos. También queda claro el carácter racista de la norma que está, sin decirlo, específicamente dirigida hacia las compañeras musulmanas. De lo contrario, habrían sido incluidas entre los casos eximidos.
Desde el Sindicato de Estudiantes rechazamos con fuerza que el equipo directivo y el consejo escolar del centro, en lugar de retroceder y pedir disculpas, escuchar y atender el malestar e indiignación que sienten las jóvenes musulmanas, hayan optado por atrincherarse en esta posición islamófoba. Este tipo de medidas nada tienen que ver con la interpretación tremendamente cínica de la laicidad que se nos vende, por la cual, se justifica prohibir el hijab pero se protege el adoctrinamiento católico en las clases de religión. Estos directores nos dicen: no se puede entrar con velo al instituto pero, ahora bien, cuando muere el Papa ponemos las banderas a media hasta. Muy laico todo, sí.
Tal y como ya denunciamos, el 24 de febrero, el Ayuntamiento de Parla citó a las estudiantes impulsoras de la movilización, a una reunión con los directores de los institutos. El objetivo de esta reunión era conseguir a toda costa que desconvocáramos la huelga que tuvo lugar dos días después. En esta, después de sufrir presiones y menosprecios intolerables, se nos aseguró que habría una mediación y que estábamos a tiempo aprobar un reglamento de régimen interno con el que todas nos sintiéramos cómodas. Hoy ya ha queda demostrado que las palabras conciliadoras son solo estratagemas que no valen de nada.
Las estudiantes musulmanas del IES Monturiol ahora se encuentran ante la tesitura de decidir si pasar por la humillación de quitarse el velo por la fuerza, o mantenernos firmes en nuestra decisión de llevarlo a toda costa. En la práctica, se les está expulsando del sistema educativo si no quieren pasar por el aro.
Pero no nos resignaremos. Seguiremos construyendo un movimiento antirracista y feminista con que el continuar presionando contra los reglamentos segregadores, islamófobos y machistas que nos imponen.