¡Tenemos que parar los pies a esta fascista!

El pasado viernes, Isabel Díaz Ayuso lanzaba un nuevo plan de recortes de los derechos LGTBI Comunidad de Madrid. Esta fascista ha registrado una reforma por vía de urgencia para modificar las leyes LGTBI y trans, asumiendo así la exigencia de Vox que desde 2019 piden su derogación. La excusa de Ayuso es que “hay que dar poder de decisión a los profesionales frente a los lobbies”. ¿La realidad? Se volverán a legalizar las terapias de conversión para las personas trans. Es una vuelta al medievo.

Este ataque está muy calculado contra el sector más oprimido de la comunidad LGTBI, que no solamente cuenta con una tasa de paro del 48%, acoso callejero constante y una tasa de suicidio en torno al 42%, si no que ahora en la Comunidad de Madrid, gracias a la agenda reaccionaria de Ayuso, estarán aún más desprotegidas. Tortura psicológica y física propia del regimen franquista, eso es lo que quiere para nosotras la extrema derecha del PP y Vox.

Esta reforma de la ley también nos hace retroceder décadas en nuestras aulas, suprimiendo el plan de acoso contra los alumnos LGTBI en los centros y también la formación del profesorado respecto a la realidad que vivimos el colectivo LGTBI (que ya era gravemente insuficiente no por voluntad de nuestras profesoras y profesores). Al mismo tiempo, se podrán prohibir las charlas en los centros educativos organizadas por asociaciones y organizaciones LGTBI. Esto dejará a miles de niñas, niños y adolescentes a merced del acoso, la desinformación y la violencia que marcará sus vidas para siempre, dejando graves secuelas. No olvidemos que el 45% de los menores LGTBI han pensado en el suicidio al menos una vez. 

Sin embargo, esta no es la primera vez que tratan de hacer retroceder nuestras conquistas. Vox y el Partido Popular ya intentaron derogar esta ley en 2021 -una ley que fue fruto de la movilización- pero el colectivo LGTBI nos levantamos para dejarles claro que no íbamos a aceptar ningún retroceso en nuestros derechos, que responderíamos a sus políticas desde las calles, que es donde tenemos fuerza.

Ayer mismo ya dimos una primera respuesta. Miles de personas llenamos la Puerta del Sol al grito de ¡Ayuso dimisión! Ayuso ha declarado la guerra al colectivo LGTBI, a la sanidad pública y los servicios públicos, alienta la violencia fascista callejera contra la ley de Amnistía, utiliza un discurso golpista al más puro estilo Donald Trump y Bolsonaro, y defiende a capa y espada al Estado sionista y fascista de Israel en su matanza contra el pueblo palestino. Por eso ayer gritamos: ¡Ayuso, la dictadora eres tú!, ¡Sin igualdad no hay libertad!, ¡Nuestros derechos no se tocan!

El fascismo españolista, ya sea azul o verde, los mismos que nos hablan de “un golpe de estado” y del “inicio de una dictadura” ante la ya inminente investidura de Pedro Sánchez mientras sus cachorros cantan el cara al Sol y hacen el saludo romano, ahora atacan las leyes LGTBI. No son cosas aisladas. Y nosotras y nosotros, el colectivo LGTBI, los antifascistas combativos, quienes luchamos contra la extrema derecha, tenemos que demostrar que somos muchas y muchos quienes no estamos dispuestos a permitir que Ayuso haga y deshaga a su antojo y que juegue con nuestras vidas y nuestros derechos.

El 23 de noviembre se espera que se produzca la toma en consideración de esta reforma repugnante en la Asamblea de Madrid, pero no podemos esperar con los brazos cruzados hasta ese día. Una tibia oposición parlamentaria no frenará este ataque salvaje. Los discursos desde la Asamblea están bien, pero no son suficientes. La única forma de paralizar esta reforma es respondiendo con el único lenguaje que entienden los fachas: con la lucha en las calles contra su LGTBIfobia y su fascismo, y unificando las batallas que ahora mismo existen para dar un golpe encima de la mesa al Gobierno reaccionario de la CAM.

Tenemos fuerza, lo hemos demostrado una y mil veces. Pero nunca nos han regalado nada, ni lo harán ahora. Quieren enviarnos de nuevo a los armarios y a los psiquiátricos, a que vivamos nuestra sexualidad con estigma, miedo y en silencio. No lo aceptamos. Sólo con un movimiento LGTBI revolucionario podremos acabar con la opresión LGTBIfobia y a toda la violencia a la que nos condena el capitalismo.

¡La lucha es el único camino! ¡Ayuso Dimisión!