Los sionistas censuran y reprimen el apoyo al pueblo palestino en los campus

La juventud de todo el mundo hemos alzado la voz contra el genocidio sionista en Gaza, a pesar de los múltiples intentos de censurarnos y silenciarnos. Huelgas, manifestaciones y acciones de protesta en solidaridad con nuestras hermanas y hermanos en Palestina —como las convocadas por el Sindicato de Estudiantes los pasados 26 de octubre y 16 de noviembre en el Estado español— se han producido en universidades e institutos en distintas partes del mundo desde el 7 octubre.

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos dar todo nuestro apoyo y fuerza a las protestas del movimiento estudiantil estadounidense que, sin duda, está siendo uno de los ejemplos de solidaridad internacionalista más destacados e inspiradores. Unas movilizaciones que reflejan el profundo rechazo a la política criminal y cínica de la Administración Biden y a su total respaldo al régimen racista y fascista de Netanyahu, y que se han convertido ya en las mayores protestas en los campus de EEUU desde la guerra de Vietnam.

Pero, como siempre, la reacción no se ha hecho esperar. El movimiento estudiantil está siendo silenciado, manipulado, criminalizado y reprimido sistemáticamente por los Estados capitalistas de todo el mundo, cómplices de esta masacre, empezando por el Gobierno demócrata en EEUU.

Estudiantes antisionistas y antifascistas

Durante meses, las autoridades universitarias se han dedicado a ilegalizar organizaciones estudiantiles e imponer sanciones académicas a quienes participan en las acciones de solidaridad con Palestina. Sin ir más lejos, la prestigiosa Columbia suspendió a la organización árabe Students for Justice in Palestine y a la asociación Jewish Voices for Peace, tras la ocupación pacífica del Departamento de Trabajo Social.

Pretenden que nos creamos que los y las estudiantes judíos se sienten “inseguros” por el avance del movimiento de solidaridad con Palestina y que están siendo acosados. Es completamente ridículo. Solo quienes defienden el exterminio de un pueblo entero pueden ver sus intereses y sus privilegios peligrar ante la fuerza de las y los estudiantes organizados contra el sionismo y el fascismo.

Uno de los últimos ataques ha culminado con la renuncia de la rectora de la Universidad de Pensilvania calificada como permisiva con el “antisemitismo”. También se ha abierto una investigación federal en el Departamento de Educación de EEUU a mínimo una docena de universidades como las de Columbia, Harvard o Cornell por violación de la Ley de Derecho Civiles de 1964 (que prohíbe la discriminación por raza, origen…). El motivo: no tomar medidas ante el supuesto acoso que dicen estar sufriendo algunos estudiantes judíos y por permitir manifestaciones en solidaridad con el pueblo palestino, que el lobby sionista caracteriza, nada más y nada menos, como antisemitas.

Estas acusaciones no solo son absurdas, sino que son completamente falsas. Los “actos antisemitas” de los que se habla consisten en pedir el alto al fuego en Gaza o reivindicar la Intifada. ¿Acaso exigir que se deje de bombardear poblaciones enteras es antisemitismo? ¿Lo es condenar el asesinato de miles de niños y niñas? ¿Acaso defender el derecho del pueblo palestino a luchar y resistir va contra la comunidad judía? Evidentemente, no.

Por eso es tan sangrante que se utilice la memoria del Holocausto para tratar de tapar otro genocidio, el que estamos viendo en vivo y en directo contra el pueblo palestino. Pero no nos tragamos sus cuentos. Cientos de miles de judíos en todo el mundo, y de forma destacada en EEUU, se han levantado contra el Estado de Israel y gritado “No en nuestro nombre”.

La gota que ha colmado el vaso en todo este asunto han sido los numerosos donantes de estas universidades que han amenazado con retirar sus aportaciones si no se toman medidas serias contra los estudiantes organizados. Una vez más, los grandes empresarios dejan ver de qué lado están.

Solidaridad internacionalista y de clase

Toda esta deriva antidemocrática es la tónica general en todos los países capitalistas. En Europa, la mal llamada cuna de la libertad y la igualdad, las estudiantes, así como el conjunto del movimiento solidaridad con la lucha palestina, llevamos meses sufriendo una ofensiva salvaje. Al igual que en EEUU, han visto la fuerza que ha demostrado tener la solidaridad con el pueblo palestino y su marcado carácter de clase y tienen miedo a que se extienda aún más. Por eso han expulsado a estudiantes en Alemania por llevar el keffiyeh u ondear la bandera palestina. Por eso en el Estado español la embajada israelí publicó un comunicado condenando la convocatoria de huelga del 16 de noviembre del Sindicato de Estudiantes con el falso argumento del antisemitismo.

Nada de esto nos va a parar, todo lo contrario. El movimiento de solidaridad con Palestina sigue en pie. Sabemos que cuando los capitalistas e imperialistas usan todas sus armas en nuestra contra es porque lo estamos haciendo bien. Es la prueba de que la lucha es el único camino.

Tenemos que levantar un movimiento de solidaridad internacionalista y de clase para acabar con esta barbarie. Tenemos fuerza para hacerlo, y solo esa fuerza podrá ayudar al pueblo palestino. Es la única forma de parar los pies a esta panda de reaccionarios, lograr la liberación del pueblo palestino del yugo sionista y liberarnos de la barbarie capitalista.